domingo, 2 de diciembre de 2007

De repente, entre Chilotes


Castro, Isla Grande de Chiloé, región de los Ríos (una de las nuevas), provincia de Chiloé, Comuna de Castro; las coordenadas, el próximo día, que se me ha olvidado sacar el GPS.

Tal como estaba previsto, agarré el bus en Coyhaique el sábado a las 16:45, rumbo a Puerto Montt. Por delante, 1.300 kilómetros (1.000 de ellos por Argentina), y unas 21 horas de viaje. Lo que no había previsto eran 2 cosas, la primera fueron las 3 ó 4 horas de camino de ripio que nos tocó sufrir nada más entrar en Argentina, hasta llegar a Río Mayo, y la segunda y más tremenda es que, a pesar de ser un servicio regular entre dos ciudades chilenas, y de no parar nada ni, por supuesto, dejar descender a los viajeros, tuvimos que realizar trámites aduaneros 4 veces: léase, rellenar los papelitos de turno, hacer cola, presentar el DNI o el pasaporte (ése, sólo yo; de nuevo era "el único guiri"), pasar las bolsas de mano por el scanner, y hasta jurar al re-entrar a Chile que no llevaba carnes, ni quesos, por aquello de la brucelosis ovina y la peste porcina....¡¡pero si mis bocatas de lomo eran chilenos!! me ví obligado, con gran dolor ciudadano, a cometer perjurio.

El bus era cómodo, con bastante espacio y poca gente, de modo que casi todos íbamos solos en la pareja de asientos, menos la abuela (unos 55), madre (unos 25) e hija (unos 5), que viajaban detrás de mí que, como veis, iban 3 en los dos sitios; una de ellas se dedicó durante el primer rato a tirarme del pelo y cosas por el estilo "Niña, no molestes al caballero".

Una de las cosas más impactantes del viaje fue el celo del "azafato": no contento con repartir un refrigerio, una almohada, una manta, cerrar los respiraderos del techo, subir la calefacción, y poner toda suerte de abominables películas abominablemente mal grabadas en las televisioncillas al efecto, no nos dejó en paz hasta las 2 de la mañana, hora a la que decidió que ya podíamos descansar en paz, bien cociditos en nuestras propias salsas, al menos yo que sudaba a chorros, y no es exageración, es literal. Claro, que puede que ya se me haya roto definitivamente el termostato, porque el personal iba confortablemente envuelto en sus chupas de colores, aunque la manta, lo que se dice la manta, no se la ví utilizar a nadie. Ni siquiera al sujeto que, sentado delante de mí, comenzó a roncar a las 10 de la noche y paró a las 6:30 de la mañana ¡qué tío! ¡qué capacidad!

A pesar de todo, y aunque no me creáis, el viaje no fue especialmente pesado, salvo por lo de las aduanas que, en total, nos supusieron unas 2 horas y media parados. Y además, a mí el asunto me creó una situación un tanto extraña, ya que salí de Chile -como atestigua el correspondiente sello en mi pasaporte- pero no entré en Argentina (bastante menos formalistas), de modo que durante un puñado de horas estuve perdido en el éter burocrático. Afortunadamente, volví a entrar en Chile (aunque con perjurio), y la cosa se resolvió. Durante el camino, reencuentro nostálgico con Bariloche y Villa la Angostura, parece que hace meses que estuvimos aquí.

Én la carretera entre Osorno y Puerto Montt, los prados que bordean la carretera están absolutamente llenos de queltehues (las avefrías llamadas teros en Argentina), tiuques (antes chimangos) y, sobre todo, bandurrias (que no cambian de nombre), de las que ví hasta 40-50 individuos comiendo en un herbazal. Si un chileno quisiera decir que había visto muchas bandurrias, podría decir: "Tremenda cantidad de bandurrias", o bien "Hartas bandurrias", o si quisiera enfatizar más: "Cualquier cantidad de bandurrias". También un enorme martín pescador posado en un cable.

Lo poco que ví de Puerto Montt no me gustó. Encontré alojamiento en un hotel denominado "Patiperros", que algunos ya sabéis lo que significa, en la zona del puerto, cerca de la terminal de buses y de, como pude comprobar en un breve paseo, de algunos locales de mala nota en los que se ofrece comercio carnal en la calle. En fin, un barrio no muy recomendable. Lo que también ví fue un cartel anunciando la actuación de Quilapayún el próximo día 6, trayendo como invitados a Inti-Illimani, para cantar la cantata de Santa María de Iquique, ya que se han cumplido 100 años de aquellos hechos. Total, nuevo cambio de planes, y en lugar de estar varios días en Puerto Montt haciendo excursiones por allí, me he largado y estoy de repente entre Chilotes, para volver a Puerto Montt a tiempo para el concierto.

Así que esta mañana, otra vez al bus para venir a Castro, capital de la Isla Grande de Chiloé, patria chica de mi tocayo Francisco Coloane, Don Pancho, nacido en Quemchi a donde no sé si iré. A pesar de que creía recordar que en el mapa aparecía un puente uniendo la isla al cercano continente y la carretera tenía continuidad, cuando hemos llegado a Pargua (creo que ese era el nombre), el bus se ha metido en un ferry como el que me transportó por el Beagle, y hemos hecho una breve travesía de una media hora. Durante el cruce, además de los habituales cormoranes imperiales y yeco, y de las gaviotas dominicanas y cahuil, la novedad ha consistido en los pelícanos (hartos), las fardelas negras y los yuncos de Magallanes (vistos también en el estrecho de idem). Por supuesto, ha habido delfines y lobos marinos de los que no salpican.

El paisaje en la isla (al menos el poco que he visto de momento) resulta bastante europeo, en el mal sentido: mucha deforestación, restos de incendios, plantaciones de eucaliptus....aunque espero que mañana mejore. Supongo que también ayudaría que saliera un poco el sol, porque desde que dije que había llegado el calor llueve con bastante asiduidad.

Al poco de instalarme, me he enterado de que se celebraba el XV Encuentro Campesino de Dalcahue, pueblo relativamente próximo, así que microbúas para allá, otro microbús para el parque municipal donde se celebraba el evento y a mirar bajo la lluvia. El encuentro es como todas estas cosas, gastronomía, artesanía y música, y alguna cuestión tradicional, como es el "arrastre de casa con bueyes": una casita de madera, no demasiado grande pero llena de gente, colocada sobre dos troncos a modo de trineo, es arrastrada por 8 bueyes jaleados por el personal. A la vuelta, he visto mi primera iglesia de madera de Chiloé, la de Castro. En conjunto son patrimonio de la humanidad, y si por fuera, al menos ésta, es fea, de chapa pintada, por dentro es una pasada, toda de madera, columnas, paredes, techos,... muy bonita.

En fin, mañana iré al parque nacional Chiloé y espero contar temas más naturales.

Seguiremos informando.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno Paco, los dias pasan y después de esta interrupción en tus escritos, que no me ha gustado nada, no leo nada acerca de los tíos inteligentes, guapos y con pasta, y divorciados claro, que has conocido y que vendrán a verte a Segovia.
Te echo de menos
Un beso
Elena H.

Anónimo dijo...

Hola Paco, por aquí hace un frío pelón, claro que nada comparable a las bajas temperaturas que estás acostumbrado a vivir en tus peripecias australes………. Brrrrrrr!......... Cuídate mucho y sigue disfrutando, y………..Que la suerte te acompañe en la visita al Parque y luzca un espléndido solete!!! …… ya nos contarás…….

Un beso
Marta&(Edu)

Anónimo dijo...

Hola Paco

Sigo siguiendo tu blog con mucha envidia. El fin de tus viajes será una lástima tanto para tus lectores como para tí.

Un abrazo de inglaterra

Phil

Anónimo dijo...

Hola paco, soy Eugenia (Kena). Pese a haber seguido el diario desde el principio, he esperado pacientemente a que llegaras a Castro para escribirte algo. ¿La razón? Bueno, hace mucho que no hablamos así que no estoy segura de si lo sabes, pero desde hace ya más de un año estoy "de novia" con un chilote. Trabaja en el INIA de Castro y se llama Rodrigo de la Barra. Si te lo encuentras (Castro no es muy grande y él es bastante conocido allá) charlará gustoso contigo. Esto sí que no te lo había contado, pero lo más probable es que cuando termine mi tesis (junio o sepriembre de 2009) me pondré el tíyulo de doctora debajo de un brazo, a mi hijo (que para entonces tendrá 5 años) debajo del otro, y me iré a probar suerte al Sur del mundo, a esa pequeña isla de pescadores en la que ahora te hallas, a vivir en una casita de madera y a amar a mi pareja y a mi hijo durante el resto de mis días.

Saluda a Chiloé de mi parte y dile que más temprano que tarde estoy llegando.

Un beso.

Anónimo dijo...

Te sigo, Paco, te sigo entusiasmado, no creas, pero ando lacónico.
Ten cuidado con algún cerdo ibérico que mora por allí: muy peligroso, aun sin crías. No digo más, que luego todo se sabe.
J.

P.D. para lexicógrafos: el aun de arriba, ¿es aún o aun? Me iré a la tumba sin aprenderlo jamás.

Pablo dijo...

Creo poder aventurarme a decir que eres el primer habitante de segovia, y muy probablemente de España entera en haber disfrutado de las "intachables ofertas y servicios" ofrecidos por la amplísima gama de hostaluchos cutres de todo chile.
Ahora que ya tienes el Record Guinnes, sería mucha molestia para su señoría que se buscara un hostal o ¡incluso un hotel! de esos con H y no con M para es resto de las noches?
Puede que cucarachas, duchas compartidas, y bocatas de salami, por descontado, te echen de menos, pero creo que lo superaran...
Atentamente.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

!!Hello pkito!!: como tengo los dientes largos no puedo pronunciar bien tu nombre. Que sepas que la laguna de S. Rafael es otra espinita que tengo clavada (a estas alturas voy pareciendome a un cactus.La anecdota del "busdriver" y la musica machacona durante horas me recuerda a mi experiencia con la cancion de "si vas para chile ..." que escuche (harto)durante 1 año. Y ahora, cuando la vuelvo a oir, todo chile aflora a la memoria, es como un "clic" que desencadena una cascada de recuerdos. y he de confesar que alguna lagrima floja termina nublando el horizonte. Asi que no te apures si un dia sientes que la piel se eriza cuando escuches la susodicha cancion de amor. Si puedes pasar en Castro por el hotel "el unicornio azul" merece la pena hacerle una foto y comprobar que parece un pastelito rosa entre palafitos. A mi en particular me trae buenos recuerdo pues alli despedimos al año 1992. to be continued.....Y COMETELO TODO. BSS (lo entiendes ?)

Anónimo dijo...

Hola Paco, que pena leer lo que escribes, me ha parecido un poco tedioso el blog así que no leí más que un par de escritos, yo trabajo en estudios de ecología aqui en Chile, y me encuentro relacionada también de alguna manera cercana a España ya que mi pareja es de Valencia. Sabes, apostaría mi mano derecha a que se te trató de maravillas durante tu viaje, que esa gente del sur de Chile tan amable y tan buena que te mueres fueron un cielo contigo. Creo que siendo español y supongo que un tipo con estudios, deberías entender que estás en un país y en una zona donde los adelantos van llegando a destiempo, donde la modernidad se ha visto quebrada y donde como seguro pudiste ver, las ciudades son una mezcla de elementos antiguos y nuevos, una cultura que avanza a destiempo y que si se la dejara ser lo que es, sería muy distinta de lo que viste, probablemente los chilotes seguirían con su vida lenta y feliz, como antaño.
Creo que el principal requisito para viajar es entender que el lugar al que llegas es distinto a lo que tu conoces, y antes de clasificar de "cutre" algo, recuerda que puede que solo sea distinto. Por lo demás, en hoteles y hostales hay de todo, es solo cosa de ponerse a buscar bien y no entrar a lo primero que encuentres.

Paco Sánchez dijo...

Hola Andrea, lamento que te haya resultado tedioso el blog -para gustos se hicieron los colores- pero lo que realmente siento es la imagen que, según tu lectura, parece que he transmitido del fantástico viaje que hice el año pasado.
Y lo siento, sobre todo, porque no tiene nada que ver con la realidad que viví allá y que pretendí transmitir en el blog.
Evidentemente -y afortunadamente- las cosas, muchas cosas, son diferentes en los distintos países, aunque no tan diferentes entre tu país y el mío. Para conocer esas diferencias se viaja, yo al menos.
Si no te aburriera el blog y lo leyeras entero verías que muy a menudo -y en algunas entradas de forma monográfica- cuento cosas de la gente que conocí allí, creo que siempre con respeto y casi siempre con cariño. Como, en general, del país, que no me produjo más que buenas sensaciones, por más que haya zonas o ciudades que me gustaran más o menos (como en cualquier otro país del mundo, incluido el mío).
El calificativo de cutre era absolutamente apropiado para describir algunos alojamientos en los que estuve, pero no porque no los hubiera buenos, sino porque yo los buscaba así adrede para gastar menos dinero en dormir y poder emplearlo en viajar y conocer más lugares. Así que en realidad, igual que cuando a veces escribía sobre mi dieta a base de bocadillos de salame, me estaba llamando cutre a mí mismo e intentando provocar sonrisas en unos cuantos amigos míos, aficionados a la buena mesa y la buena cama.
Te aseguro que tanto en Chile como en Argentina he dejado buenos amigos, a los que espero volver a ver alguna vez, que tambiés espero volver a visitar algunos sitios (Chiloé entre ellos), y que no guardo más que buenos recuerdos y cariño de ese viaje.
Me gustaría que leyeras esta respuesta y vieras el blog con otros ojos.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola Paco! sabes? tienes toda la razón, eso de tedioso lo dije solamente porque me dolió un poquito ver eso de cutre... porque siento que lo realmente "cutre" de America latina es intentar ser otra cosa que America Latina... tener los ojos puestos en el norte en vez de valorar la increible cultura que hay aqui y que se pierde cada día un poquito más. soy un poquito atolondrada cuando me enojo... así que me disculpo por eso de "tedioso" jeje ahora que releo, creo que el comentario algo ofensivo no fue tuyo sino de alguien que posteo, en fin, asunto zanjado.

Lograste identificar todas las especies? sino con gusto te ayudo, sobre todo si tienes duda con alguna especie vegetal.

Saludos

Paco Sánchez dijo...

Hola Andrea, me alegro mucho de que se haya aclarado el malentendido porque, como te dije ayer, la sensación que parecía haber transmitido no tenía nada que ver con la imagen que tengo de Chile.
Y estoy completamente de acuerdo contigo en tu comentario sobre la aculturación que, te aseguro, también la padecemos por aquí.
Respecto a las especies, sí identifiqué reptiles, aves y mamíferos, y mucho menos (casi nada) las plantas, así que algo de ayuda no me vendría nada mal. Si me dices tu email te puedo mandar fotos de especies vegetales por si puedes decirme cuáles son, y un cuaderno que he preparado con el listado de las 141 especies de vertebrados que ví en el viaje y fotos de 99 de ellas.
Saludos.