viernes, 14 de diciembre de 2007

Nombres propios


En Santiago, jueves 13 de diciembre de 2007, empezado a escribir a las 21:42

Jorge Alessandri: presidente de la República de Chile entre 1958 y 1964. En el pedestal de su estatua, ubicada en la plaza donde se abre la puerta principal del Palacio de la Moneda, hay algunas frases buenas, sobre la vocación de servicio y para qué se accede a puestos de poder, y una sobre la soledad que he apuntado: "Aquellos que nos juzgan por la seriedad de nuestro rostro o por el retraimiento social de nuestras vidas, tal vez olvidan que en la soledad surgen y maduran las grandes inquietudes del hombre". ¡Toma!

Jenny Chomalí: amiga originalmente de Nines y Gonzalo, la conocimos todos en Segovia y yo ahora la estoy viendo aquí. Me paseó el martes por su ciudad, la he dado vacaciones miércoles y jueves y mañana viernes me va a llevar a Isla Negra en su camellito (camioneta como la que me llevó a Tortel), a dormir a su parcelita y a visitar el sábado Valparaíso, con un amigo suyo psiquiatra, y Viña del Mar. Un encanto. De padres palestinos llegados aquí en los años treinta, se dedica a temas que podríamos llamar socio-sanitarios, y me ha explicado qué son o, mejor, qué eran, las paqueterías que, casualmente, eran negocios básicamente de palestinos: vendían artículos pequeños, sobre todo de mercería, botones, cremalleras, hilos,...que iban en pequeños paquetitos, y de ahí les viene el nombre.

Libertador Bernardo O'Higgins: todos sabíamos que el destino de los próceres es ser cagado por las palomas, pero lo de O'Higgins, el pobre, se pasa de castaño oscuro. No es sólo que haya bustos suyos en cada localidad chilena con un poco de amor patrio, con lo que las posibilidades de ser cagado aumentan exponencialmente, sino que su nombre se usa para todo. Hay usos normales, como las calles, avenidas o plazas que llevan su nombre en todas las ciudades y pueblos. Hay usos importantes, como es utilizar su nombre para denominar un pueblo -Villa O'Higgins, el final, de momento, de la carretera austral- o una región entera.

Pero hay usos un poco patéticos. Por ejemplo, hay un equipo de fútbol de la primera divisón, que es el O'Higgins. Mientras estaba en Castro se jugaron los partidos de ida de las semifinales del play-off del torneo de clausura (como una liga pequeña, por lo que he podido pillar), y hubo un partido en el que el resultado fue O'Higgins 0 - Colo Colo 5; os podéis imaginar los titulares: "O'Higgins humillado", "O'Higgins derrotado", "O'Higgins mordió el polvo", etc. Como véis, impropio de un prócer que se precie.

Pero con todo, para mí, lo peor es lo de los supermercados O'Higgins: "Esta semana, por la compra de una lata de locos, O'Higgins te regala un sobre de sopa de apio" o "Sensacional oferta de O'Higgins: por la compra de 6 unidades de papel higiénico, regalo de un paquete de servilletas de papel". Lamentable. Libere usted un país para eso.

Sergio Mendoza: gerente de manejo del fuego en la CONAF (Corporación Nacional Forestal), es decir, responsable de evitar y, en su caso, combatir, los incendios forestales de todo Chile. Nos conocimos en Segovia en una visita oficial de la CONAF en la que se planteaba la redacción y firma de un convenio entre ellos y la Junta de Castilla y León en temas de espacios naturales protegidos (ya hay uno similar en materia de incendios forestales, aunque me cuenta que por la parte castellana está, digamos, dormido). En aquel primer encuentro íbamos los dos solos en un coche y al rato ya estábamos hablando de Allende y la dictadura, y cantando canciones de Víctor Jara, Violeta Parra, Quilapayún e Inti-Illimani. Pensé que finalmente no le iba a poder ver pero el miércoles quedamos a las 12 junto a la estatua de Allende, delante del Palacio de la Moneda. Hoy ha ido a Concepción, donde organiza un evento (está comenzando la campaña de incendios y tiene que viajar mucho), y esperamos vernos el domingo, en la pura despedida.

Me invitó a comer en el mercado central, y después paseamos por Ahumada, Bulnes, .... hasta llegar a su oficina. Me previene continuamente para que tome precauciones "anti-robo" con la cámara de fotos, que yo llevo colgada relajadamente. Me presentó al actual gerente de espacios protegidos, con el que hablé de retomar el tema del convenio como si yo fuera alguien importante; hablé con el anterior, con el que había coincidido en Salamanca, me regaló un libro y unos afiches sobre el centenario de la reserva de Malleco y me presentó a:

Homero Altamirano: uno de los fundadores de Inti-Illimani (el Inti, dice él). Sergio nos dejó un rato solos y fue a hacer algunas cosas; si no llega a volver, todavía seguiríamos hablando, bueno, sobre todo él, hábilmente sonsacado, he de decir, por mi. Cuando el golpe militar, él era responsable de espacios protegidos, así que en virtud del cargo fue de los que disfrutó de una "beca Augusto Pinochet" (así lo llaman), que le hizo pasear su exilio por Finlandia, España, Italia y Mozambique, país este último donde trabajó 4 años en un proyecto de la ONU con gente de un montón de países (no sé si dijo más de 40). Tipo entrañable, cercano y ameno, parece que nos conociéramos de siempre. Me regala un libro que ha escrito hace poco y un DVD de unos músicos jóvenes. De vez en cuando se sigue juntando con el Inti para cantar en algunos conciertos. Cuando estaba hablando con él en su oficina no paraba de decirme (yo, a mí mismo, por lo bajini) "No es posible tener tanta suerte!"

Verónica Hidalgo: amiga de Sergio, trabaja en el Ministerio del Interior como responsable de catástrofes (no, no es la responsable de erupciones y terremotos, si no de paliar sus efectos). Ayer la llamó desde su oficina para ver si me podía enseñar el Palacio de la Moneda, algo más que a un simple turista. Hablamos varias veces por teléfono hasta que hoy hemos quedado a las 12 de la mañana delante de la Moneda, después de decirnos el aspecto (el mío es de "viejito pascuero" total) o la ropa que iba a llevar.

Nos encontramos en un lateral del palacio porque hay algún acto oficial. Entramos, decimos (dice) el nombre clave y nos pasan al lugar donde dan las acreditaciones, donde descubrimos que "estamos en pauta con..." de forma que ya no necesitamos nada más. Ella trabajó aquí (aquí está la sede principal del ministerio del interior) antes de que trasladaran las catastrófes de oficina, de modo que la conoce todo el mundo y va repartiendo besos y saludos por doquier. Al terminar la visita, le hago unas fotos en la puerta. Es un encanto de mujer.

Ximena Gattas: jefa del gabinete de prensa del Ministerio del Interior, también de origen palestino. Era la que nos había puesto en su pauta. Cuando la estamos esperando yo estaba un poco volado (por ejemplo, mi atuendo no era lo más conveniente para reuniones con altos cargos), pero llega comiéndose una manzana y me planta un beso, y la poca tensión desaparece. Vivió dos años en Madrid (y se volvería mañana) y tiene un hijo estudiando en la Complutense. Nos enseña la placa que se ha puesto en el lugar más próximo a donde murió Allende (el sitio exacto donde murió, el salón Independencia, fue demolido por el dictador que, miserable y ruin de él, mandó hacer un cuarto de baño allí), algunos salones, dos cuadros en los que aparece el balcón con Allende saludando cuando su toma de posesión, y el mismo balcón después del bombardeo. Mientras charlamos en unos sofás en el salón de los cuadros, estamos oyendo en la sala de al lado al vocero (portavoz) del gobierno, hablando con la prensa......en fin, sin comentarios. Intercambiamos nuestros correos elctrónicos y se va corriendo de nuevo. Otro encanto.

Mapocho: es el río que cruza el centro de Santiago por el norte en dirección aproximada este oeste. Lleva poco caudal aunque rápido, y su agua es de color café con leche. A sus orillas, muchas palomas y gaviotas de las de antes: cahuil y dominicanas. En sus márgenes, algunos parques llenos de santiaguinos, pequeños mercados, tordos, choroyes,... Al norte Bellavista, al sur Providencia.

Violeta Parra y Ana María: en la preciosa sala de exposiciones que hay debajo de la Moneda hay dos exposiciones, una sobre obra gráfica de Violeta Parra, y otra bastante grande sobre "España, encrucijada de civilizaciones". Cuando voy a entrar en la de Violeta Parra, la chica que explica los pormenores, coge la entrada, etc., de nombre Ana María, está sentadita debajo de una altavoz por el que suena música de la Violeta ....y está dormida. Cuando reacciona, le entra mucha risa y al terminar de ver la pequeña exposición, como no me deja hacer fotos dentro, le digo que me deje hacerle una foto a ella, cosa a la que accede. Cuando acabo de ver la otra exposición y me voy, ella está saliendo y me dice que nos sentemos y conversemos un rato. Total, que media hora de palique en un banco de piedra al lado del palacio; me pregunta todo tipo de cosas de España, la monarquía, las viñetas de 'El Jueves', la música, las costumbres navideñas (en el Hi Hostel en el que estoy hay un pino navideño encendido, con el calor que hace...), las formas de decir algunas cosas, lo que hacemos en el tiempo libre... Al rato, ella a su metro y yo a seguir andando como llevo haciendo desde la 9:30 (eran ya las 19:30).

Los que no tienen nombre son los dos energúmenos con los que he compartido (es un decir) la habitación del hostel. Cuando llegaron por la noche (por la tarde habían dejado sus cosas tiradas por todas partes, como si la habitación fuera suya), yo estaba durmiendo pero no tuvieron ningún problema en encender la luz y hablar en voz alta lo que les dio la gana. Ahora aparentemente no están, aunque si se han ido se han dejado una toalla y una bolsa de aseo ¡me alegro! Ha llegado a la habitación un chaval majete de Australia que está empezando un largo viaje, y hace un rato me he encontrado con un chico con el que coincidí en Chiloé (me rompí una uña colocando su puñetera mochila que no paraba de caerse en el bus al parque nacional); resulta que es de Vancouver y lleva 9 meses dando vueltas por Sudamérica. Ya está pensando en perder el avión de vuelta, en marzo.

Y muchos más, también sin nombre conocido para mí, con los que me cruzo, camino a su lado un rato, comparto vagón de metro durante algunas paradas, veo sentados en algún parque, o pregunto por alguna dirección. Saludos para todos.

Buenas noches. Seguiremos informando

6 comentarios:

Unknown dijo...

qué suerte tienes macho! veo que te estan cuidando bastante bien. Desde aquí aprovecho para darle las gracias a todos los anfitriones! Nos vemos pronto (y tan pronto, anda que llegar a las 4 de la mañana, me parece que voy a ser el único que lleve la pancarta de bienvenida...)

Unknown dijo...

Siento que ya llegó la hora ....

Jo, tio, qué superguai.
Y tú que despreciabas la urbe.

Buen viaje.
Abrigate.
Besos mil

Ana.

Unknown dijo...

Què maravillosa manera de terminar tu viaje,conociendo el Santiago de nuestra memoria colectiva y afectiva con tantos anfitriones estupendos...

Tardaremos algo más en poder verte porque el dia que tu vuelves de las Americas nosotros nos vamos a ellas.

Saludos a "la jenny",y un beso enorme para tí. Buen viaje.

LUCIA

Anónimo dijo...

Estoy trabajando, a ¡esta hora y este día!, me acuerdo de tu blog, le echo un vistazo y se me alegra la tarde-noche dominguera que me espera todavía en la oficina.

Ya debes estar de vuelta y espero que llegues bien. Va a ser ¡'tremendo' aterrizaje! después de semejantes vivencias. Estaré al final de la cola de todos los que tendrás que saludar cuando regreses.

Me encantan tus retratos de personas, no dejes de escribirlos. Verás que lo de las letras también engancha, leídas y 'escribidas'.

Bueno, me ha alegrado tu breve contacto con el mundo del gabinete de prensa allende los mares.

Te deseo el más dulce reencuentro con los tuyos.

Besos. Ana.

Anónimo dijo...

Espero que aun recibas este ultimo comentario en este blog tan "BEBORABLE". Añoro volver a pisar nuevamente las calles de Santiago... y sigo lanzando al espacio lagrimas de emocion...me estas recordando todo Chile.... la Jenny como siempre tan acogedora . seguro que
te gustó su parcelita y que te hizo plantar un arbol.Aquí todos deseando que vuelvas.Bsss

Anónimo dijo...

EL ANONIMO C`EST MOY: LULÚ